Perspectiva 2022–2023: Toro volátil
Genevieve Signoret
(You can read the original English version here.)
Hemos construido tres escenarios de pronóstico para la economía global y los mercados durante los siguientes ocho trimestres. Presentamos a continuación el resumen ejecutivo. Para leer el reporte completo de 22 páginas en PDF, haga clic aquí o visite nuestra página de Análisis
Resumen ejecutivo
No podemos ver directamente hacia el futuro, sino que tenemos que entrever lo que puede pasar a través de un grueso velo de incertidumbre. En este reporte identificamos ocho fuentes clave de incertidumbre y, basándonos en supuestos acerca de ellas, construimos tres rutas posibles, o escenarios, que la economía global y los mercados pueden seguir en 2022 y 2023.
Llamamos a nuestro escenario central Toro volátil porque en él, aunque se reanudan el mercado bull que inició en marzo 2020 y la recuperación económica que comenzó en mayo del mismo año, la volatilidad resulta ser considerablemente mayor este año que el pasado. Felizmente, las variantes post-Ómicron del coronavirus no son más letales que Ómicron. China relaja su política de tolerancia cero hacia el Covid y aprende a vivir y trabajar en su presencia, lo cual contribuye a aliviar los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales. Sin embargo, dichos cuellos de botella, aunque llegan a su punto más álgido a más tardar en junio de este año, sólo se resuelven lentamente. Además, aunque Rusia no invade Ucrania, las tensiones entre el Occidente y tanto Rusia como Irán se mantienen altas, y la incertidumbre resultante mantiene fuerte presión alcista en los precios globales de energéticos.
Mientras tanto en México, AMLO, aunque pierde terreno por causa de una baja participación en la consulta de revocación del mandato del 10 abril 2022, logra retocar su reforma eléctrica —que va en contra del crecimiento económico y la energía limpia— lo suficiente para atraer los votos priistas necesarios para que sea aprobada.
Bajo los supuestos de Toro volátil, el precio del petróleo crudo Brent promedia $110 este año y un aún alto $80 el próximo. La Fed mueve la tasa objetivo de fondos federales a 2.00% en 2022 y la deja ahí en 2023 mientras reduce gradualmente el tamaño de su hoja de balance. Sin embargo, los participantes en el mercado acallan para fines de marzo la rabieta comenzada en enero y empiezan a percibir como sensatas e inofensivas las acciones de la Fed; el mercado bull se reanuda. La inflación PCE subyacente termina 2022 en 3.0% y después se desliza a 2.5%. El rendimiento del bono del Tesoro de EE. UU a 10 años, luego de llegar a un máximo de 4% este año, baja el próximo para estacionarse alrededor de 3.5%.
En este escenario, durante los próximos dos años, en México el dólar promedia 22.50 este año y 21.00 en 2023. La tasa de política monetaria llega a 6.5% en 2022 y se mantiene, y la inflación se ralentiza a 4% este año y a 3.5% el siguiente. El PIB se expande un anémico 2% en 2022 pero crece hasta 3.5% en 2023.
También construimos dos escenarios alternativos (o de “riesgo”). En uno de ellos las cosas resultan peor de lo esperado y en el otro, mucho mejor.
Mientras que nos esforzamos por que el escenario central sea realista, descartamos esa meta en los de riesgo. Nuestro objetivo para estos es que nuestros clientes y lectores tomen más consciencia de los riesgos y oportunidades por delante, y el resultante amplio rango de resultados que rodean a nuestro escenario central. Esperamos que esto los inspire a cubrirse ante los riesgos a la baja y simultáneamente a posicionarse para aprovechar ágilmente cualquier oportunidad que surja.
Damos el nombre Recesión a nuestro escenario pesimista por una razón obvia: la economía global cae en una severa recesión en 2023. Nuestro escenario optimista se llama Toro furioso porque en él los mercados aceptan muy rápidamente la inevitabilidad del endurecimiento de la Fed y lo perciben como la política sensata y aún relajada que es. El mercado bull se reanuda desde febrero y mantiene su furor a lo largo del horizonte de este pronóstico con una volatilidad que no supera a la observada en 2021.
Nuestra convicción en torno a nuestro escenario central es alta; le asignamos una probabilidad subjetiva de 85%. Percibimos alrededor de 10% la probabilidad de que la economía global caiga en recesión y los mercados se desempeñen peor que en el escenario central. Vemos una probabilidad de 5% de que las cosas resulten más agradables que en el escenario central.
Como lo implica el desbalance en estas probabilidades, juzgamos que los riesgos a nuestro escenario central están sesgados a la baja.
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