Un primer reto para Sheinbaum: consolidación fiscal

Delia Paredes & Genevieve Signoret

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Un fuerte viento en contra que afronta la economía mexicana en el corto plazo es la consolidación fiscal (reducción del déficit) que la nueva administración parece estar considerando. Para junio 2024, el déficit se había expandido a 5.1% del PIB desde el 4.3% observado en 2023, y se espera que cierre este año en 5.9%. Se propone reducirlo de golpe al 3% para 2025. Proceder así podría detonar una recesión.

El plan actual no es viable

El déficit fiscal tiene dos componentes: el ingreso (los impuestos) y el gasto. Una sólida estrategia fiscal requiere revisar ambos.

Del lado del gasto, el gobierno entrante planea reducir el gasto tras la culminación de los proyectos insignia de AMLO, un menor costo financiero, y una disminución del gasto programable. Según un informe del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), este ajuste sería incluso mayor al que se requirió en 1995 tras la Crisis del Tequila.

El ajuste del gasto propuesto para 2025 implica un severo recorte en el gasto de capital

Estimaciones de finanzas públicas en Pre-Criterios (% del PIB)

Fuente: CIEP, Pre-Criterios 2025.

Casi dos tercios del 27% del PIB que mide el gasto neto del gobierno está ya comprometido para cubrir el costo financiero, las participaciones[1], el gasto en pensiones y el gasto para Pemex y CFE. El resto va para el gasto en inversiones, educación, salud, así como en servicios personales[2], rubros difíciles de reducir ya que hacerlo arriesga mermar el bienestar y retrasar proyectos de infraestructura.

Del lado de los ingresos, la presidenta electa sí planea reforzar la recaudación de impuestos pero ha descartado una reforma fiscal en su sexenio.

Los expertos del CIEP señalan que existe margen para incrementar la recaudación, ya que los niveles actuales no alcanzan su máximo potencial. Analizan la tasa de efectividad, que mide la proporción recaudada en relación con el potencial máximo que el sistema fiscal podría alcanzar. Por ejemplo, según sus cálculos, la tasa efectiva de recaudación del IVA es 5.9%, cuando los productos se gravan al 16%. Concluyen que se puede aumentar la eficiencia en la recaudación tanto de los impuestos al consumo como de los impuestos sobre la renta. Claro, esto requeriría reducir la informalidad.

Consideramos que el plan del gobierno de reducir el déficit en casi 3 puntos porcentuales del PIB de golpe ni es realista ni es deseable. No considera el apoyo que requerirá Pemex ni la realidad de que se basó en una proyección de crecimiento del PIB en 2025 (2.5%) por encima de la del consenso del mercado (1.6%).

¿Cómo monitorear?

Atentos al 15 de noviembre, fecha en que el Ejecutivo presentará el presupuesto para 2025. Si se opta por una reducción gradual, viable y creíble del déficit fiscal, junto con un plan coherente para respaldar a Pemex, el impacto sobre el crecimiento será limitado. Si, de lo contrario, contempla un recorte brusco a 3.0% del PIB desde 5.9%, erosionará la credibilidad de la política fiscal, generando tanto incertidumbre como volatilidad en los mercados.

 
 

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[1] Recursos que el gobierno transfiere a los estados y municipios provenientes de ingresos tributarios y no tributarios del gobierno federal, como los impuestos y las ventas de petróleo.

[2] Recursos destinados al pago de sueldos, salarios, prestaciones y demás compensaciones del personal que trabaja para el sector público.

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