Riesgo geopolítico y escenarios para una tercera guerra mundial: conclusiones de Zelikow 2024
Genevieve Signoret & Delia Paredes
(You can read the English version here.)
Se lee tan a menudo que “los riesgos geopolíticos están aumentando” que la frase llega a perder su impacto. Sin embargo, hemos llegado a creer que de hecho han aumentado, que pueden aumentar aún más, y que, en un caso extremo, pueden llevar a una guerra mundial.
Creemos además que tenemos mucho que aprender sobre cómo formular opiniones en torno al grado de riesgo geopolítico que prevalece. Por lo tanto, estamos esforzándonos en esta área.
Hoy compartimos con ustedes lo que aprendimos recientemente de un extenso artículo del historiador Philip Zelikow[1] titulado Confronting Another Axis? History, Humility, and Wishful Thinking.
Lo esencial
Zelikow encuentra claros paralelos entre la alianza antiestadounidense de China, Corea del Norte, Irán y Rusia de hoy en día, y dos alianzas análogas del pasado. Una fue la de las Potencias del Eje —Alemania, Italia y Japón— entre 1937 y 1941; la otra, de la Unión Soviética y China entre 1948 y 1962. En el segundo caso, se evitó una guerra mundial. En el primero, no.
En los tres casos, los socios “creen que Estados Unidos es el líder o ancla de un sistema imperial o neoimperial dominante. Creen que este sistema hegemónico se esfuerza en todos los sentidos por bloquear o estrangular las aspiraciones de su nación. Reúnen a otros que también se sienten oprimidos para su causa, para la resistencia.”
China, señala el autor, ya se está preparando para la guerra. Además, su capacidad de manufactura “ahora supera a la de Europa y Estados Unidos juntos.”
Zelikow concluye que las probabilidades de que estalle una tercera guerra mundial en los próximos dos a tres años son de un impresionante 20-30%.
Cuatro lecciones aprendidas
Zelikow expone un par de escenarios en los cuales puede estallar una guerra mundial, y los resumiremos en un momento. Pero primero compartimos las cuatro lecciones que sacamos de su artículo sobre cómo evaluar riesgos geopolíticos.
- Se requiere humildad. Lo que está por venir es desconocido; las pistas son inescrutables; lo que ocurre tras bambalinas, invisible. Los socios antiestadounidenses actuarán aparentemente de manera errática, siguiendo “un camino retorcido”. A lo largo de este, estarán motivados por “oportunismo, cálculos y recálculos estratégicos constantes, asesoría contradictoria y la posibilidad de cambios abruptos y dramáticos”.
Para nosotros gestores de activos que buscamos evaluar el riesgo, estos hechos hacen que interpretar el flujo de noticias sea casi imposible. ¿Que los socios antiestadounidenses han tenido un desacuerdo? No concluyas que los riesgos están disminuyendo, no sea que mañana te despiertes y descubras que han hecho las paces.
¿Que los consejeros o la agencia de inteligencia de tal líder se oponen a una opción belicosa? No te relajes. No son ellos sino el líder quien está a cargo. Los líderes ignoran consejos todos los días.
¿Que sería irracional que tal líder hiciera tal cosa? No descartes la posibilidad de que lo haga.[2]. Los historiadores a menudo no logran descifrar los motivos que impulsaron a algún líder del pasado a actuar de cierta forma. Ser irracional es de humanos. - Los no historiadores como nosotros debemos redoblar nuestra humildad. Cuando Joe Biden y Xi Jinping se reunieron en San Francisco en 2023 y Xi ofreció a Biden “coexistencia pacífica”, nuestra reacción fue encontrar consuelo. ¿La reacción del autor (e historiador) Zelikow? Alarma. Nuestro primer pensamiento fue, “Suena a una reducción las tensiones” ¿El de Zelikow? “Suena como Jrushchov en septiembre 1959. Usó exactamente la misma frase: ‘coexistencia pacífica’. Resultó ser un preludio a la fase más peligrosa de la crisis de Berlín.”
- Cuando los líderes ven la guerra como inevitable, pueden percibir como ventajoso adelantarse a atacar primero. Hoy día, Europa Occidental y Japón se están rearmando. Estados Unidos está organizando “su coalición global para imponer contención y desacoplamiento estratégicos a través de controles tecnológicos y comerciales” y “tratando mucho más intensamente de aumentar su base industrial de defensa”. Pero inversiones de este tipo tardarán años en dar fruto. Por lo tanto, Rusia o China podrían decidir iniciar una guerra ahora para prevenir futuras medidas de disuasión.
- Los beligerantes pueden “iniciar” guerras sin disparar el primer tiro, obligando a Estados Unidos a dispararlo. El autor llama a este enfoque “Control Indirecto”. China tiene una larga historia al respecto. Durante la Guerra de Corea, China nunca declaró oficialmente la guerra. A los soldados que envió los llamó “voluntarios”. En Vietnam, su participación fue encubierta como la de Irán en el Medio Oriente hoy. Y en el Mar del Sur de China, “la conquista china no encontró oposición militar. La ocupación se llevó a cabo primero como una afirmación civil de derechos territoriales. China negó enérgicamente cualquier plan para militarizar sus puestos avanzados” allí, pero luego “procedió a una militarización completa.”
Los escenarios
Finalmente, los escenarios de Zelikow.
El primero lo llama Pearl Harbor. En este escenario, “China combina una invasión de Taiwán con un ataque a instalaciones estadounidenses, al menos en Guam y posiblemente también en territorio japonés. Estados Unidos, y posiblemente Japón, están inmediatamente en guerra con China,” con una rápida escalada hacia una guerra mundial como consecuencia probable.
El segundo escenario es Corea 1950. China ataca sólo a Taiwán, aparentemente para preparar una invasión. Estados Unidos y Japón, y quizás otros, se preparan para una escalada hacia una guerra general.
El tercero, y según el autor el más sencillo y probable, es Control Indirecto. Este escenario tiene variantes.
En una variante, China establece controles aduaneros y de inmigración en Taiwán y “toma represalias violentas contra cualquier unidad aérea o marítima taiwanesa” que no se someta a ellos. Taiwán ostensiblemente continúa con su gobierno independiente, y China dirige “el comercio de semiconductores de Taiwán hacia sus propias cadenas de suministro sin tocar los centros de fabricación.”
Zelikow señala que “China ya está ensayando esta opción a pequeña escala al controlar las aguas alrededor de la isla taiwanesa de Kinmen”.
Observemos cómo, en este escenario, “la escalada militar para preservar el acceso [a los semiconductores taiwaneses] podría recaer en Estados Unidos”. De ahí el nombre Control Indirecto.
En una segunda variante, la ofensiva de Rusia en Ucrania en 2024 arrastra a Estados Unidos a un conflicto directo con Rusia. En este caso también, Estados Unidos dispara el primer tiro.
En una tercera, Irán provoca a Estados Unidos para que tome el primer paso bélico. Lo hace invitando un ataque israelí, ya sea provocando a Israel a través de sus proxies o intensificando su programa nuclear. Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos no ofrecen ayuda, ya que han logrado una détente con Irán y un “entendimiento con China, Rusia e India que garantiza aún más su seguridad”. Dado el contexto de la guerra de Gaza, que de hecho es una guerra entre Irán e Israel, la política interna en Irak y Turquía en este escenario limita el uso de bases estadounidenses en sus territorios. Además, la dependencia de Europa del gas y petróleo del Medio Oriente, del norte de África y del este del Mediterráneo debilita su determinación de apoyar a Estados Unidos.
Nuestra conclusión
No podemos dejar de notar que ninguno de estos escenarios excluye a los otros. Por lo tanto, no podemos descartar una guerra mundial.
[1] Escuchamos de este artículo a través de Noah Smith, quien lo citó en una entrevista con Andrew Sullivan el 31 de mayo 2024 en el podcast de Sullivan, The Weekly Dish.
[2] Violamos esta regla en Guerra regional en el Medio Oriente es todavía un riesgo de cola, donde escribimos “No vemos ningún beneficio posible ni para Israel ni para Estados Unidos en una confrontación directa con Irán ni viceversa.” Como mencionamos antes, estamos aprendiendo.
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