Minuta de Banxico no muestra sesgo hacia recorte
Genevieve Signoret & Patrick Signoret
Aunque la Junta de Gobierno estuvo de acuerdo en que la inflación general está tendiendo hacia el objetivo de 3.0% y que el entorno doméstico e internacional es débil, ningún miembro expresó la posibilidad de recortar más la tasa de política desde su actual 4.00%, según la minuta de la reunión del 12 de julio. La Junta de Gobierno tampoco expresó preocupación por un posible fortalecimiento del peso en un contexto de crecimiento débil, ya que el peso hace tres semanas se había estado depreciando en tendencia (desde entonces, se ha apreciado un poco contra el dólar). Recuerde que si, en el contexto actual de crecimiento débil, el peso se fortalece contra el dólar y persiste más fuerte que $1.00=12.50, o si la inflación subyacente continúa a la baja, cambiaremos nuestro pronóstico para Banxico a un recorte de 50 puntos base a 3.50%.
Perspectiva para la inflación:
La mayoría de los miembros de la Junta señaló que se anticipa que la inflación general anual consolide su tendencia a la baja en los siguientes meses, para ubicarse entre 3 y 4 por ciento en el tercer y cuarto trimestres del año en curso, y que para 2014 se sitúe en un nivel muy cercano a 3 por ciento. Asimismo, la mayoría sostuvo que se prevé que la inflación subyacente se mantenga por debajo de 3 por ciento en lo que resta de 2013 y en 2014. Así, la mayoría concluyó que la trayectoria de la inflación es congruente con el cumplimiento de la meta en el mediano plazo.
Riesgos al alza y a la baja para la inflación:
La mayoría de los miembros de la Junta consideró que el balance de riesgos para la inflación ha mejorado, mientras que otros argumentaron que se mantienen los riesgos al alza. Como riesgos a la baja, algunos miembros distinguieron la posibilidad de que el debilitamiento de la actividad económica se prolongue. En cuanto a los riesgos al alza para la inflación, la mayoría mencionó la posibilidad de nuevos choques que ocasionen cambios en precios relativos, como los relacionados al sector agropecuario o a ajustes en los precios públicos.
Pensamos que un fortalecimiento marcado del peso en un contexto desinflacionario llevaría a Banxico a recortar su tasa de política monetaria. Esto no le preocupaba a la Junta de Gobierno cuando se reunió, pues el peso en esas fechas se había estado depreciando en tendencia (cerrando el jueves 11 de julio en $1.00 = 12.80). La discusión de hecho se enfocó sobre el posible impacto de la depreciación del peso:
Todos los miembros señalaron que el peso se depreció y las tasas de interés de largo plazo aumentaron considerablemente. Uno de ellos agregó que este aumento en la pendiente de la curva de rendimientos, así como en la volatilidad, ha sido mayor al registrado en Estados Unidos, posiblemente debido a la menor liquidez del mercado de bonos mexicanos respecto a la de los estadounidenses, así como al aumento en la prima de riesgo crediticio de México. Otro miembro de la Junta sostuvo que, además del efecto de las condiciones en los mercados financieros internacionales, una mayor desaceleración del sector de bienes comerciables en relación a la de no comerciables, con excepción de la construcción, ha ocasionado una depreciación del tipo de cambio real y refleja la reversión del innecesario apretamiento que las condiciones monetarias habían experimentado previamente ante la fuerte apreciación del tipo de cambio nominal. Arguyó que dado que se trata de una depreciación real, no se esperan impactos de consideración sobre la inflación.
La decisión fue unánime y la Junta de Gobierno pareció estar cómoda con su postura actual:
La Junta estimó que la postura de política monetaria es congruente con un escenario en el que no se anticipan presiones generalizadas sobre la inflación y en el que se prevé que el ritmo de expansión del gasto en la economía sea acorde con la convergencia de la inflación en el mediano plazo hacia el objetivo permanente de 3 por ciento.