Crisis en Grecia: actualización lunes 29 junio

Genevieve Signoret

Las negociaciones entre Grecia y sus acreedores llegaron a su fin el viernes pasado por la noche, cuando el ministro de finanzas griego abandonó la mesa de discusión en Bruselas para regresar a su país. Poco tiempo después, el primer ministro, Alexis Tsipras, sorprendía al mundo anunciando un referéndum programado para el próximo domingo 5 de julio en el cual los ciudadanos griegos decidirán si se aceptan las condiciones impuestas por los acreedores de Grecia para la entrega de los últimos €7.2MMn correspondientes al segundo rescate.

El anuncio del referéndum hace que se dispare la incertidumbre sobre el desenlace final de Grecia, ya que no será hasta después del 30 de junio, fecha límite de pago al FMI de €1.5MMn, que se conocerá si ganó el Sí o el No. Por lo tanto, el ministro de finanzas griego, Yanis Varoufakis, solicitó una extensión del plazo de las negociaciones y de la fecha límite del pago. Sin embargo, el sábado 27, el Eurogrupo[1] emitió un comunicado en el que afirma tomar nota de la decisión de Grecia de realizar un referéndum pero negarse a conceder la extensión de las negociaciones una semana más.

Por su parte, el BCE se reunió nuevamente el sábado 27 con los ministros de finanzas de los países miembros de la eurozona para discutir el tema de Grecia y generar un plan que garantice la estabilidad financiera de la zona del euro en el evento de un impago. En su comunicado del 28 de junio, el BCE anunció mantener el techo de €89MMn aprobado el viernes 26 para la línea de asistencia de liquidez de emergencia a la banca de Grecia (ELA), así como su firme propósito de utilizar todos los instrumentos permitidos por su mandato para garantizar dicha estabilidad.

La respuesta del gobierno heleno no se hizo esperar: anunció el cierre de los bancos desde este lunes hasta después de la realización del referéndum, el 5 de julio, con el fin de evitar que continúe la constante fuga de depósitos que los bancos griegos han experimentado desde noviembre pasado. Se trató del primer paso para implantar un control de capitales que permitiría el cambio a una nueva moneda si se llegara a dar el caso de que Grecia abandone el euro.

La suerte está echada: sin un cambio en las posturas por parte de los acreedores o de Grecia, parece inminente el impago al FMI. Sin embargo, ésta no es ya la única cuestión en juego. El referéndum parece estarse interpretando más como un voto sobre la permanencia de Grecia en el euro que sobre si  aceptar las condiciones del rescate.

Sea cual sea el resultado, los panoramas esperados no se ven nada alentadores.

Por un lado, si gana el Sí, podría significar la caída del gobierno de Alexis Tsipras y el inicio de una crisis política que resultaría en un nuevo gobierno que tendría que negociar nuevamente un plan con sus acreedores. Por el otro, si gana el No, la salida del euro por parte de Grecia será inminente y la incertidumbre sobre el futuro heleno y la estabilidad financiera europea e internacional será aún mayor.

La cuestión sobre la permanencia en el euro ha divido a la población. Incluso el gobierno ha anunciado que pedirá a los ciudadanos votar No. Sin embargo, cerca del 70% de la población griega quiere permanecer en la unión monetaria a pesar de los sacrificios que se tengan que hacer. Y así, mientras se da el desenlace final en esta auténtica tragedia griega, la volatilidad en los mercados financieros se ha disparado.

 

[1] Club de los ministros de finanzas de los países miembros de la eurozona.

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